Este artículo narra la experiencia de algunos atletas abriendo rutas de escalada en la cordillera del norte de Canadá. Lugares muy fríos e inóspitos.
Viajes Verticales en la cordillera perdida del norte de Canadá
laguna
Pato Díaz

Entre mosquitos, geografía dramática, laberinto de valle y enormes paredes de granito , Hernán Rodríguez, Seba Pelletti, Michael Pedrero y Pato Díaz fueron en busca de las mejores rutas de escalada al extremo norte de la Tierra.

Exploración en el Rugged Range

A más de 12 mil kilómetros de distancia, entre las remotas provincias del Yukon y los territorios Noroeste en Canadá, se encuentra el conjunto de montañas Rugged Range, donde se levantan enormes monstruos de granito . Muchos de estos montes fueron nombrados en los años 60 por un pionero en el mundo de los escaladores, Bill Buckingham, que se lanzó a la aventura vertical en este territorio lejano. No sabemos si fue por la gran cantidad de insectos, o por las inusuales y “teatrales” paredes , que decidió bautizar a cada una de las montañas con nombres relacionados al mundo de los vampiros y sus personajes del cine clásico.

pared escalada
Pato Díaz

Buscando nuevas rutas de escalada

Desde los Andes, estos cuatro deportistas viajaron miles de kilómetros hasta este valle del norte de Canadá. ¿El plan inicial? Ir al Círculo de los Inescalables, a escalar rutas clásicas y ya conocidas en la escena del big wall . Pero había algo en ese itinerario que no los convencía: “Era ir a repetir una vía clásica, o jugárnosla por un lugar menos conocido, y ese es más nuestro estilo, más exploratorio”, cuenta el escalador de grandes paredes y guía, Seba Pelletti. Después de mucho trabajo de investigación y logística, decidieron ir a un valle aledaño, con menos aperturas y mucho más potencial para escalar.

hombres en una avioneta
Pato Díaz

El seis de agosto de 2022 aterrizaron en las aguas glaciares del Vampire Lake en una avioneta flotante. Con la motivación al máximo y el objetivo de aprovechar la ventana que los dejó pasar, durante los 5 días siguientes abrieron la primera ruta: a través de 650 metros de escalada vertical y dificultad 5.11+ , llegaron a la cumbre del Monte Dracula por su cara este. Doce largos de escalada que en su parte superior pasaban por un head wall con forma de diamante y de color dorado . Jornada que terminó con un espectáculo de auroras boreales , y que bautizó esta primera vía como “Viaje Boreal”. los rodeaba.

hombres en una cumbre
Pato Díaz

Desafíos y recompensas en la escalada

El granito de estas montañas tenía incrustados enormes cristales de cuarzo , que les permitían jugar con los pies a medida que navegaban por sus fisuras verticales. Dureza abrasiva que después del primer pegue los dejó con pocos metros de cuerda utilizables , pero con muchas ganas de seguir explorando. Desde la cumbre pudieron sumergirse en el paisaje extenso y surreal que los rodeaba. Pato Díaz, escalador y fotógrafo de la expedición, describe la variada paleta de colores del lugar que le permitió jugar con su cámara desde las alturas, como un lugar “de muchos contrastes entre el turquesa de las lagunas, el blanco de los glaciares, morrenas rojizas, granito y cuarzos brillantes”.

hombre escalando
Pato Díaz

La conquista de Bela Lugosi

Ajustando la escalada al material que quedaba, su siguiente objetivo fue ascender una pared del mismo Monte Drácula llamada Bela Lugosi , nombre del actor austro-húngaro que interpretó al conde vampiro. Con un estilo más alpino y ligero, fluyendo con el ritmo y las dinámicas de escalar en una cordada de cuatro , aprovecharon una nueva ventana de 24 horas para abrir una segunda ruta: “Flow Latino” (350 m, 5.11-). “Estábamos todos en movimiento lo más que podíamos. Nunca estuvimos los cuatro en una reunión”, específica el escalador Hernán Rodríguez.

hombres acampando
Pato Díaz

La última ascensión en Dawn Mist Mountain

Desde los pies del monte Drácula y aún con 5 días por delante, tomaron lo que quedaba de comida y movieron el campamento hasta la base de otra montaña: Dawn Mist Mountain. Una aproximación por glaciares los dejó en otro valle desde donde escalaron esta montaña a través de un pilar central de la pared por una vía directísima que llamaron “Natural Mystic” (430m, 5.12+) . Otra jornada alpina, larga y satisfactoria que fue el final perfecto para una expedición en un lugar donde el tiempo se desdoblaba con atardeceres y amaneceres eternos . Días con más de 20 horas de luz , y un clima que los acompañó con pocas lluvias y tormentas, en una cordillera perdida en el extremo norte de Canadá, casi tocando el círculo polar ártico .

Patricio Díaz

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